Rafael


Tu nombre fue una decisión mutua madre/padre. 
Nada de inventos. 
Debes disculparnos, llegas a una casa con muchos libros y un gato. Tranquilo, no dormirás con él. 
Tu hermano llora por tu llegada. No de tristeza. De la cantidad de cosas que quiere hacer contigo. 
Está feliz. 
No te compré traje de marinero. No te haré esa maldad. Lo que sí te compré fue un traje con corbatín incluido. Todo un caballero. 
Tu primer disfraz de carnaval no será de pollito. Ya yo viví eso.
Tu mamá insistió en dormir contigo el primer año. Yo te quería en una cuna. Ella y sus cosas, así que aprovecha su calor. 
Nunca le he pedido la bendición a mi mamá. No te exigiré lo mismo conmigo. 
Aunque, se te ocurre llegar a la casa sin saludarme y tendremos un problema -después de los 18 años te digo la versión grosera-. 
Yo, de pequeño, quería ser pianista. Hasta me compré un teclado. No lo logré. 
Si quieres ser músico, tendrás mi apoyo. 
Crecí y aprendí a escribir. Trato de vivir de lo que escribo. 
Así que, si quieres ser escritor, tampoco te lo impediré. 
Es más, lo que decidas hacer y ser -mientras no involucre joder a los demás-, tendrá mi apoyo. 
No me disculparé por adelantado. Todas las penas que pases por mi culpa son por un motivo. 
Uno, entre muchas cosas, trae a los hijos al mundo para avergonzarlos. Son lecciones. 
Tu educación pasa por dos ámbitos: contarás con nosotros para ayudarte en lo que quieras investigar y ve con tu madre cuando tengas dudas con las matemáticas. 
¡Es en serio! 
Una vez escuché que uno no elige a dónde van los sentimientos. Los gustos son más volátiles. Te gusten los hombres o las mujeres, por favor, valora el amor . El verdadero. ¿Cómo lo reconoces? Créeme, lo harás. Mientras te apegues a ese principio, todo estará bien. 
Sólo quiero que seas feliz. 
Cuentas conmigo. Con nosotros. Hasta con el gato -lee arriba, tenemos un gato-. 
Nunca des el primer golpe. Tampoco el último. Tu inteligencia es la mejor arma. Una vez que la entrenas, no hace falta la violencia. 
Soy un hombre con muchas aristas. Tu mamá te puede explicar eso mejor que yo. Ella me entiende como nadie lo ha hecho. Así que, tenme paciencia si algunos días se alborota la locura. 
Es inofensiva. 
No tengo horarios para dormir. Tú sí los tendrás -mientras seas un chamo-. Luego, si así lo deseas, podrás tomarte una cerveza conmigo y conversar en las madrugadas. 
Por lo general, por las noches, escribo. 
Te amo. Nunca lo olvides. 
En esta casa no hay prejuicios, ni machismos. Usted deberá lavar platos, tender camas, barrer, cocinar, planchar y demás actividades. Entre los detalles, yace el valor de un verdadero hombre. 
No lo olvides. 
Cuando decidas hacer algo, hazlo por convicción propia. Tu vida es lo más valioso que tienes.
Tus decisiones conllevan responsabilidades.
Los cobardes huyen. No lo hagas. Asume y obtendrás paz. 
La honestidad no debe ser complicada. Mentir es el primer paso a la soledad. A la derrota. 
Lo demás, lo aprenderemos en el camino. 
Tu y yo. 
Por lo tanto, veremos comiquitas, béisbol, fútbol, películas, escucharemos música, leeremos, hablaremos del amor y sabremos que los momentos que nos hacen reír son los más valiosos. 
Por cierto, no te olvides de alimentar al gato. 

Tu papá. 

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